Sunday, October 23, 2005

con/ti(go/ti)tulo

tenia ganas, ahora hay que recuperarlas.
Trato de asirme de alguna idea ida que tuve, ahogarme en el mar, o algo por el estilo. Dormir en el muelle y que te despierte la lluvia a las 7 de la manana cuando empieza a salir el sol como en esa cancion de friojuega (coldplay).
A pesar de lo. La cosa es que siento que nada me llega, la insensibilidad psiquica es muy alta, la fisica es casi nula. Me recuesto en la arena tratando de escuchar las voces que estan cantando una cancion fogatera, pero llega una pelotuda a pedirme explicaciones de por que no la habia llamado. La respuesta era, porque no tenia ganas, le dije: "se me perdio tu numero, te ves preciosa, vamos a mi departamento". Como mi cara de desgraciado se notaba desde kilometros, me empujo, cai en la arena de vuelta a escuchar la cancion y me pateo el trasero con fuerza antes de irse.
Como dije, la patada me dolio, del resto ni supe (no me acuerdo ni como se llamaba).
ayer me queria disparar, ahora no quiero dormir, la cabeza lo puede casi todo menos volver a ser el pendejo inocente ese que tenia que cambiar el mundo.
pd: dedicado a pd. je!

2 comments:

pd said...

de la inocencia no te queda nada. Pero de las ganas de cambiar el mundo sí. Y ya llegará de quién te acuerdes y te haga sentir no sólo por fuera.
De todos modos creo que sientes, sino no podrías escribir estas ficciones. Sientes, aunque sea la depresión o la desgana.
No las mires en menos. Pueden ser un motor potente.

Anonymous said...

Le regalaría un beso en la frente y ciento cuatro abrazos a quién descubriera el camino de vuelta a la inocencia perdida... ¿De las ganas? ni hablar. Sé que nada de eso es posible. Puede que así esté bien.

A mí, por lo menos, me ha vuelto medio-loco-gruñón-repulsivo-y-es-mejor-que-se-alejen-de-mí... Eso de perder las ganas.

Sin embargo, no pierdo las esperanzas. Por eso sigo aquí, y trato de encontrarlas incluso abajo de los calcetines sucios.

Un abrazo y un beso Seba.

Sb 2.

"... un desconocido -siempre aparecía por allí un desconocido-, miraba desde la calle hacia la playa, las manos en los agujereados bolsillos, el pelo largo, la barba crecida, los zapatos rotos. Parecía preguntarse, asustado: ¿Qué haré?, como si él fuese el primero que se lo preguntaba.
Vivir, hermano. Qué otra cosa vas a hacer".

Hijo de Ladrón. Manuel Rojas.