Saturday, April 26, 2008

sin

Las manos heladas y estaba acompañado por las malditas estrellas que no me dejaban respirar.
Las luces de afuera no prendían cuando paraba de pensar.
Me miraban ojos extraños queriendo entenderme,
pero tal vez me entendían sin entender que yo no entendía.
La música ya no tocaba y las voces se alejaban más de mi cabeza.
Entrando a la pieza se podía ver una silla llena de recuerdos que se perdían y volvían a encontrar casi sin querer.
Una mujer susurraba que quería.
Las luces se convertían en pájaros que me cantaban una pequeña obertura.
Entonces se prendió una vela, y otra.