ni que fuera católico
ya el título me sugería algo, jugar con palabras al menos, tratar de no decir blasfemias, tratar de concentrarme en poder despedirme adecuadamente. y las luces partieron su rumbo. y las sombras se instalaron gracias a la gravedad. y entonces salté, y no cai. estuve flotando un rato, y pensando en cómo me iba a despedir. las cárceles se fueron disolviendo, y se podía ver el futuro en los semáforos. las playas desaparecieron devoradas por la luna. lo peor es que nunca exagero. y bueno, lo único que me queda para decir es adiós, ojalá que te vaya bien, aprendí harto contigo, nos veremos otra vez algún día.